(CNN) — En 2015, dos hombres condujeron su auto a través de 48 estados de Estados Unidos gastando menos de 300 dólares en diesel, equivalente a ocho tanques llenos.
A lo largo de un recorrido de 8.233 millas (13.250 kilómetros) lograron un ahorro de combustible de 81.17 millas por galón o 2.89 litros por kilómetro.
Así, superaron el nivel oficial del vehículo que utilizaron -un Volkswagen Golf TDI calificado por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EU) con un nivel de 31 y 45 millas por galón en ciudad y autopista, respectivamente- logrando un récord mundial.
¿Cómo lo lograron? Aplicando una técnica conocida como “hypermilling”, que cualquiera puede utilizar para cortar el consumo de combustible, sin importar el auto que conduzca.
«Enseñanza e inspiración»
Los dos conductores, Wayne Gerdes y Bob Winger, no son nuevos en esto: de hecho, rompieron su récord previo que era de 77.9 millas por galón en la misma ruta en 2013.
El término “hypermilling” había sido acuñado por el propio Gerdes en 2004 y se convirtió en la Palabra del Año para Oxford en 2008.
“Lo defino tan simple como que se trata de vencer a la EPA en lo que sea que tengas y conduzcas”, dijo.
Gerdes ya tiene muchos otros récords. Alguna vez hizo que un Honda Insight híbrido rebasara su calificación por hasta cuatro veces, alcanzando 220 millas por galón en una ruta de 15 millas.
En 2008 condujo un Toyota Prius tradicional por una ruta de 805 millas de Nueva York a Chicago con un solo tanque (llegó a su destino con un galón de sobra).
De igual forma, el año pasado llevó una RAM 1500 de Los Ángeles a Denver con un solo tanque pasando por las Montañas Rocosas en pleno invierno.
Pero cuando se le pregunta de cuál de sus logros se siente más orgullos, responde: “De hecho, de aquellos otros que también son “hypermillers” tras el volante, gracias a mi enseñanza e inspiración”.
¿Cómo ahorrar combustible?
Lograr el “hypermilling” puede ser fácil si se realizan algunos ajustes tácticos a la forma de conducir de uno:
Conducir lentamente. Permanecer debajo de los límites de velocidad, mantener un bajo nivel de RPM y llegar sin velocidad a los semáforos en rojo.
Frenar menos. Usar el freno lo menos que sea posible. No apresurarse al llegar a un cruce y anticipar el tráfico mirando tres autos hacia adelante.
Mantener la distancia. Ir pegado a la rueda del de adelante es ineficiente. Se debe dejar un espacio de entre 7 y 10 segundos con el vehículo frente a nosotros en la carretera.
Evitar el aire acondicionado. El aire acondicionado gasta combustible. Debajo de las 40 millas (60 kilómetros) por hora hay que mantener las ventanas abajo.
Revisar la presión de las llantas. La presión correcta permite el ahorro de combustible y que las ruedas duren más.
Remover el peso muerto. Llevar solo lo necesario en el auto. Aun una carga pequeña puede afectar en el desempeño del combustible en distancias largas.
Muchas técnicas, como las de arriba, se basan simplemente en el sentido común, pero cuando se convierten en un hábito pueden ofrecer resultados tangibles.
“Normalmente gasto entre uno y dos tercios de combustible en comparación con el conductor común”, dijo Gerdes.
Este ahorro puede ser muy significativo, especialmente en regiones en las que el precio del combustible es más alto que en Estados Unidos.
Por ejemplo, en Reino Unido, donde un galón de gasolina cuesta actualmente unos 5.60 dólares, el “hypermilling” podría ahorrar al conductor promedio, con unas 8.000 millas a 33 millas por galón, unos 500 dólares al año, de acuerdo con Gerdes.
El “hypermilling” se caracteriza generalmente por una conducción lenta y anticiparse a los demás. Tácticas agresivas como pegarse a la rueda del auto de enfrente, van en contra de la filosofía de Gerdes: “Siempre conduzco al límite o por debajo del límite de velocidad en el carril de extrema derecha”.
“Simplemente con salir a la carretera uno puede ver la forma de conducir agresiva y poco eficiente de los conductores que van pegados al maletero de un auto al siguiente”.
Otros trucos del “hypermilling” recomendados son cambiar velocidad tan pronto como sea posible (generalmente a 2.500 rpm o menos), un inmaculado mantenimiento del vehículo, e incluso conducir descalzo para alcanzar la máxima finura al acelerar y frenar.